Partiendo de las realidades que configuran el escenario histórico latinoamericano -ya de sobra conocidas, y que en los Encuentros sobre Globalización y problemas del desarrollo en América Latina se han recorrido una y otra vez-, es urgente discutir –también una vez más- sobre las grandes metas a alcanzar, partiendo de la base de que ellas deben incluir aquellos objetivos válidos en todos los tiempos y lugares, como lo son la justicia y la libertad, como pilares fundamentales de la paz interna y externa de las naciones. En la presente ponencia presentaré un marco teórico, a la manera de un horizonte, que trata de cumplir ese propósito, respondiendo a dos desafíos cruciales: el del desarrollo y el del modelo de sociedad al que deberíamos aspirar. Estoy consciente de que hay muchos desafíos más, pero aquí concentraremos nuestra reflexión en los dos mencionados.

Para lograr este objetivo, la ponencia postula trabajar por construir, previa elaboración conceptual que asume los grandes cambios planetarios de las últimas décadas, un desarrollo integral que abarque, por eso mismo, todas las dimensiones de la persona humana, o, dicho de otro modo, sirva a las necesidades de todos y cada uno de los ciudadanos que habitan en nuestros países. Quedará superado de esta manera el concepto de desarrollo concebido como puro crecimiento económico, abriendo paso a un modelo inclusivo o solidario de sociedad. El concepto de solidaridad, a su vez, que sólo se construye en justicia y libertad, configura el ethos cultural que deberá atravesar la sociedad entera, impregnando la vida de todas la instituciones, tanto públicas como privadas. En suma, esta ponencia intentará solamente establecer los perfiles de estos dos conceptos claves: el del desarrollo integral y el de la sociedad solidaria.